Los senadores que tumbaron la reforma laboral en la Comisión Séptima: Alirio Barrera, Honorio Henríquez, Ana Paola Agudelo, Berenice Bedoya, Nadia Blel, Lorena Ríos, Esperanza Andrade y Miguel Ángel Pinto.
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La reforma laboral impulsada por el Gobierno está virtualmente hundida en el Congreso: el martes, ocho de los 14 senadores de la Comisión Séptima firmaron una ponencia para archivarla.
Sindicatos y organizaciones indígenas han llamado a protestas la próxima semana. Y el Gobierno lanzó la idea de hacer una consulta popular para que los colombianos voten directamente si quieren la reforma.
Como la discusión puede ir para largo, vale la pena preguntarse qué propone la reforma y los argumentos que esgrimen los congresistas que votaron en contra.
Los puntos principales de la reforma laboral
El proyecto lo presentó el Gobierno en agosto de 2023 y durante su camino en el Congreso ha tenido varios cambios. Estos son los puntos principales.
- Ampliar la jornada nocturna
Propone que la jornada laboral nocturna arranque a las 7 p.m. en vez de a las 9 p.m. Cabe recordar que por una hora de trabajo nocturno se debe pagar 35% más que en una hora de trabajo regular. Aquí el impacto iría principalmente para sectores como gastronomía y ocio nocturno.
- Recargos dominicales y festivos
Actualmente, los que trabajan domingos y festivos reciben un 75% más por cada hora trabajada. La reforma proponía elevar el recargo al 100% -es decir, que se pague el doble por hora- de forma paulatina hasta 2027.
- Limitar contratos a término fijo
La reforma establece que solo se pueden firmar contratos a término fijo para un máximo de cuatro años. Si el contrato va más allá, se convierte automáticamente en un contrato a término indefinido.
- Los contratos de aprendizaje del SENA
Actualmente, los estudiantes del SENA tienen contratos de aprendizaje (similar a pasantías) en los que les pagan 50% de un salario mínimo en la etapa lectiva y el 75% en la etapa productiva.
La reforma propone que los contratos de aprendizaje pasen a ser contratos a término fijo, lo que implica que les pagarían prestaciones como salud y pensión. También subiría lo que cobran a 60% en la etapa lectiva y a 100% en la productiva.
Las empresas de más de 15 empleados están obligadas a contratar un aprendiz del Sena, pero pueden pagar una cuota a la entidad para evitarlo. La reforma subía esa cuota de 1 salario mínimo a 1,5 salarios mínimos.
- Licencias remuneradas
Actualmente, un trabajador puede pedir tiempo para ir a citas médicas o por calamidades domésticas, pero tiene que compensar el tiempo o se lo descuentan del salario.
La reforma propone que esta licencia sea remunerada en casos como citas médicas, calamidades domésticas, citas judiciales si es víctima de violencia de género, y actividades sindicales.
- Licencia por paternidad
Ampliar la licencia por paternidad de dos a cuatro semanas, de forma progresiva hasta 2026.
- Rappi, Uber Eats y otras plataformas
La reforma propone que las plataformas digitales paguen los riesgos laborales de sus trabajadores. También deberán darles un contrato, ya sea como independientes o dependientes. Si eligen la primera vía, la empresa deberá pagar 60% de los aportes a salud y pensiones.
¿Crear empleo o mejorar el empleo?
El Gobierno ha dicho que la reforma laboral no busca crear empleo sino mejorar las condiciones de los trabajadores.
Pero los críticos argumentan que, al aumentar los costos laborales para las empresas, lo que haría la reforma es destruir puestos de trabajo.
Aquí el argumento clave es un estudio que hizo el Banco de la República en 2023, meses después de la presentación de la reforma laboral.
Lo que hace el estudio es cuantificar el impacto que tendría cada medida basándose en cómo estaba el mercado laboral en 2022. Concluye que "el incremento en el costo laboral promedio podría oscilar entre el 3,2% en un escenario de bajo impacto, y el 10,7% en uno de alto impacto".
Por eso, la reforma laboral "recortaría alrededor de 450.000 empleos formales en un horizonte entre tres y cuatro años".
Esa cifra es la que gremios y senadores han repetido para estar en contra de la reforma.
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